Antes de hablar de las emociones y sensaciones, quiero explicarte que el coaching cambió mi vida, desde el primer momento que empecé a formarme y a recibir coaching. Esta increíble disciplina, te da regalos, regalos que perduran para siempre y cambian tu forma de ser, pensar, actuar.
Recuerdo con cariño y gratitud, una sesión de coaching que recibí de la mano de mi profesora en ese momento. En esa sesión, salió algo interesante para mi: confiar en mis emociones y sensaciones. Siempre digo que el coaching es como el perfume, a veces notas su verdadera esencia/resultado pasado un rato…
Las emociones, las sensaciones, tan presentes y poderosas en nuestras vidas y a la vez tan ignoradas por no saber como aprovecharlas. Como tantas otras cosas, al no ser palpables, muchas veces no les atribuimos los grandes beneficios que nos aportan.
No es fácil rendir homenaje a tus emociones. Muchas veces es mucho más fácil creer que “te estás confundiendo”. Muchas veces preferimos auto engañarnos, antes de reconocer nuestras verdaderas y sabias emociones y sensaciones. ¿Por que? Porque muchas veces te avisan de cosas que preferirías no saber.
Seguramente, a este punto, estás pensando en eso que tu también sientes, ves o palpas (según tu canal predominante, os lo explico en el próximo post). Te animo a que lo cojas, le prestes atención y decidas que haces con esa sensación.
La naturaleza es maravillosa, estamos hechos con una perfección que pone los pelos de punta. Y las emociones y sensaciones son parte de ese engranaje perfecto y todas tienen una función. Ignorar esa herramienta tan poderosa es como desperdiciar agua en el desierto. Si quieres saber más sobre la función de las emociones, te invito a leer este post que escribí sobre las tesis emociones básicas http://cristinamongecoach.com/archivos/148
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